Por: Margarita Restrepo El discurso de odio que le oímos a Gustavo Petro y a sus compañeros ideológicos ha tenido un efecto demoledor en toda nuestra sociedad. Nunca antes, los
Cuesta admitirlo, pero es verdad. Nos cambiaron a Colombia y no queremos aceptarlo. Ha terminado el que proponemos llamar el “Mayo Trágico”. Y nos resistimos a entender lo que pasó.