Alejandro Corrales – Senador Cafetero
La intervención que tanta polémica generó por parte de la Ministra de Interior, Nancy Patricia Gutiérrez en los últimos días, no fue una precisión tan lejana del Proceso de Paz al que muchos colombianos nos negamos.
Muestra de ello fueron las votaciones al plebiscito del 2016, donde los colombianos salimos a las urnas en rechazo de un Acuerdo lleno de impunidad, injusticia y daños a nuestra democracia, proceso que no fue respetado y por el contrario fue totalmente desconocido y aprobado posteriormente en el Congreso de la República.
Ya van 4 años desde entonces y los ex miembros de las FARC-EP aún no entregan todos sus bienes como prometieron, aún no entregan a los niños que fueron reclutados, aún no dicen toda la verdad de sus actos, aún no reparan a las víctimas del conflicto y quienes se sometieron al proceso desconocen su responsabilidad en el surgimiento de las disidencias.
Como si eso fuera poco sus propios negociadores volvieron a levantarse en armas, huyeron de la ley y se burlaron de nuestras instituciones. ¿Acaso a esto se le puede llamar un buen proceso de paz?
Lo cierto ahora es que tenemos curules ocupadas por los mismos que años atrás asesinaron a miles de colombianos y que ahora se reconocen a ellos mismos como seres honorables.
Según una encuesta realizada por Datexco Company S.A el 39,2% de los colombianos consideran el Proceso de Paz como fallido, mientras el 7,9% creen que es exitoso.
Los colombianos no podemos permitir que otras guerrillas alzadas en armas sigan dañando nuestra democracia, obligando al Gobierno Nacional a negociar con ellos a cambio de acabar con actos delictivos.
La paz es el sueño de toda nación, pero no por eso podemos permitir que se le entregue nuestra Colombia a la ilegalidad.