Por: Santiago Valencia González

 

Mucho hemos advertido sobre lo que se viene en el 2022, tenemos una izquierda cada vez con menos escrúpulos para, como dicen por ahí, venderle el alma al diablo, haciendo coalisiones hasta con los narcoterroristas de las Farc, que ahora quieren mostrarse como padres de la patria y adalides de la moral.

Evaluando este panorama y con miras a lo que nos podríamos enfrentar, es inevitable pensar en dos nombres que son sinónimo de respeto, preparación y sobre todo, amor y entrega por esta patria.

Tomás Uribe Moreno y Óscar Iván Zuluaga son hombres que con distintas edades y visiones, logran tener al país en la cabeza y las necesidades de nuestros compatriotas, dos mundos tan diferentes, pero que a la vez convergen en la necesidad de salvarnos de una amenaza que cada vez parece estar más cerca.

Como candidatos presidenciales o como cabeza de lista para el Senado, Óscar Iván y Tomás, lograrían unir a todas las alas del Uribismo que reconocen en ellos, el significado de lo que es en su esencia el Centro Democrático, las banderas que hemos defendido a lo largo de la historia reciente de nuestro país y los pilares fundamentales denuestro partido.

Apostarle a la juventud, preparación, inteligencia y dinamismo de Tomás, y a la experiencia, probidad, visión de país de Óscar Iván, en los escenarios que se avecinan, sería un gran acierto.

Tenemos todo a nuestro favor para seguir retomando el rumbo que perdimos durante ocho años de desgobierno y permisividad con el narcoterrorismo ofrecidos por Santos, seguir recuperando la seguridad democrática, la inversión extranjera y lograr la cohesión social es posible con propuestas claras, con respeto por nuestros principios y, sobre todo, con personas que se jueguen el pellejo por seguir construyendo el país que queremos.

Yo le apuesto a Tomás, le apuesto a Óscar Iván y los invito a que sigamos trabajando sin descanso por esta tierra que lo vale todo, que derrotemos al populismo, que venzamos el riesgo de caer en manos de la izquierda que en menos de un año acabaría con todo lo logrado y no permitamos que sigan reescribiendo la historia a su amaño y conveniencia.

Este país necesita gente que se la juegue a fondo, que lo ame y lo conozca, que quiera construir y no destruir, necesita la visión del empresario, del empleado, del dirigente, del banquero, de los gremios, de personas que desde todas las ópticas aporten un grano de arena para el bienestar de todos.

La democracia es amplia, nos permite participar en espacios que jamás pensamos posibles, llegar a lugares alejados y conocer seres maravillosos, que hacen grande a este país.

Creo que estamos del lado correcto de la historia, cuando tenemos personajes tan variados y calificados para dar la batalla, me gusta un escenario con Tomás y Óscar Iván para enriquecer el debate y la discusión desde la presidencia o desde el congreso.

Por eso, reitero mi invitación para que continuemos defendiendo el legado del presidente Uribe y empecemos a construir el camino hacia el 2022.