No hemos empezado y ya perdimos.
Lo que piden los promotores del paro, que no controlan las hordas que se lanzaron a destrozar el país, es imposible, inmoral, ética y jurídicamente inaceptable. Pero el Gobierno acepta discutir con ellos la vida de la Nación. Ya perdimos.
Para empezar, hay que darlo por descontado, los del paro exigirán impunidad absoluta para los saqueadores, para los que bloquearon las vías, paralizaron la llegada de los alimentos y los encarecieron sin compasión ni reversa, pusieron contra la pared el sistema de salud, incendiaron edificios públicos, asesinaron y causaron graves heridas a centenares de policías. Y eso no es negociable. Va de por medio todo el Estado de Derecho, el orden público, las instituciones republicanas.
Los huelguistas querrán que les entreguen las Fuerzas Militares y la Policía. Con eso tendrán suficiente. Y con eso estará Colombia perdida. Los que nos queda de este caos es el prestigio, el honor, la capacidad de acción de nuestro Ejército, nuestra Fuerza Aérea, nuestra Armada, nuestra Policía. Ese patrimonio, labrado en doscientos años de vida democrática, no puede ser dilapidado por orden de Duque ni es de ninguna manera aceptable que se lo comprometa.
Los del paro van a exigir, que no se intente siquiera la erradicación de los cultivos ilícitos y no se persista en la explotación de hidrocarburos por medio del Fracking. Lo primero pone en descubierto el origen maldito y el propósito fundamental del paro. Por si algún despistado no lo ha entendido, de lo que se trata es de abrirle espacio, a la siembra, tratamiento y venta de la cocaína y la marihuana. Ese es el nombre del juego. Lo demás es paja. ¡Y saber que hay parlamentarios gringos tan despistados que le hacen la corte a semejante barbaridad!
Lo del Fracking, tiene también su sentido y alcance obvios. Si venimos a mal vivir, empobrecidas hasta el extremo las exportaciones y la producción legítima de divisas, la prohibición de estas exploraciones no convencionales de petróleo valen tanto como la ruina total del país. Que es de lo que se trata, dicho para los que no lo saben. La pauperización es el primer y fundamental paso de un pueblo hacia el marxismo. ¿Habrá alguien que no lo sepa?
La renta básica es otro paso firme hacia el empobrecimiento total. Si regalando dinero se hace desarrollo, lo sabríamos hace rato. Pagarle al que no trabaja algo parecido o igual al que de sol a sol se entrega al cumplimiento de un deber para sobrevivir, no es solo una inmoralidad, sino la desaparición de la economía organizada. Porque nadie querrá trabajar para recibir lo mismo que si notrabajara. Porque la cuenta de esa estupidez es de dimensiones colosales. Porque a nadie se le ha ocurrido semejante locura. Siempre creímos que la renta básica no pasaba de ser un mal chiste, una idiotez sin orillas, una invención de orates. Pero parece que viene en serio.
Es posible que los del paro, acorralados por su propia sinrazón, renuncien a una o varias de estas pretensiones esquizofrénicas. Pero los negociadores del Gobierno tendrán que mostrarse generosos y bien dispuestos. Y asesorados o dirigidos por los mamertos de la ONU caerán en una o varias de estas trampas.
Una que omitíamos será la aceptación de diálogos de paz con el ELN. Ahí estará, más que dispuesto y entusiasta el Comisionado Ceballos, no solo por justificar un sueldo que nadie sabe para qué se le paga, sino acaso para abrirle espacio político a su jefe, el Presidente Duque. Si Juan Manuel Santos, tan oscuro, tan mediocre personaje llegó a obtener un Premio Nobel por una estupidez parecida, a Duque puede alcanzarle para hacer menos aflictiva su condición política. Acaso piensen semejante cosa.
Las reuniones están para empezar. Ya tienen embaucada a la Vicepresidente en el cuento, con poco camino de retorno. El que se meta en ese proyecto está irremisiblemente perdido.
¿Y qué pasa si terminadas las negociaciones las encuentran de escaso provecho los incendiarios, los asesinos, los narcotraficantes, los bloqueadores de vías que estarán listos a exigir mucho más de cualquier cosa que se les ofrezca? Trabajo no les costará decir que no estuvieron representados en esas negociaciones y que lo suyo alcanza para mucho más.
El Presidente Duque no tiene margen de maniobra, suponiendo que como dicen algunos perversos no ande comprometido en estos propósitos. Ya aceptó negociar lo que no es negociable. Ya se entregó. Ya mostró toda su debilidad. Lo que sigue no es plausible, no es aceptable, no es en ninguna medida rescatable.
Lo que el Gobierno llamó diálogos, que ya eran bien audaces, empiezan con el nombre de negociaciones este domingo. Nadie podía imaginar un panorama más oscuro, más peligroso, más dañino para la paz, el bienestar y el honor de Colombia.