Por: Alejandro Corrales

Senador Cafetero

 

El pasado 20 de julio, el presidente Iván Duque presentó su discurso en el marco de la instalación del Congreso, destacando puntos cruciales de su administración entre los que se refirió al campo colombiano y a los avances en materia de agricultura por contrato, implementación de catastro multipropósito, obras PDET, fomento del emprendimiento a través de acceso al crédito, extensión y comercialización sostenible de los productos del sector agropecuario, logrando la eliminación del intermediario y aumentando la ganancia real de los productores con programas como Coseche y Venda a la fija.

El comentario del primer mandatario de la nación es más que un saludo a la bandera, componer estás palabras dentro del discurso presidencial no significa otra cosa que el anuncio de lo que será un sector de gran relevancia nacional, y es que no es para menos, el sector agropecuario ha funcionado durante toda la emergencia económica, ha asegurado el abastecimiento e incluso generado empleo pese a las condiciones actuales.

Para hacernos una idea, en solo la cosecha cafetera que se presentó hace poco más de un mes se necesitaron más de 135 mil personas para recoger cerca de 6.1 millones de sacos, que entre otras cosas generaron ingresos por $3.7 billones de pesos.

Ninguna industria en el país a excepción de todo lo que tenga que ver con el sector salud ha sacado la cara por la economía nacional como el sector agropecuario, nuestros aguacates, uchuvas, pasifloras, cítricos, entre muchos otros, adornan vitrinas de mercados en todo el mundo. Desde 1835 que se realizó el primer envío de café al exterior a hoy hemos logrado superar los 13 millones de sacos, poco a poco Colombia se vuelve una nación reconocida por su abundante riqueza agrícola, dejando atrás fantasmas como el narcotráfico que durante años nos ha perseguido.

Hoy la misión es seguir adelante de forma gradual y responsable antes que el virus destruya el tejido social y empresarial que tanto esfuerzo y luchas sociales le ha costado al país, para ello, se ha dispuesto avanzar en sectores de gran generación de empleo como lo es el de obras e infraestructura y el agropecuario, sectores que juntos pueden impulsarnos por el camino de la reactivación económica.

Para lograr este cometido es primordial, casi que obligatorio, empezar a ver al campo como un generador de riqueza en vez de un sector que combate la pobreza, para eso hay que iniciar con medidas que se han demorado en realizarse, construcción de vías terciarias, apoyo a la vivienda rural, creación de centrales de beneficio comunitario, centros de acopio, promoción de la agroindustria y todo lo que nos permita dignificar la labor de quienes por años han trabajado desde la ruralidad, con todas las complicaciones que eso acarrea, por el bien del país.

Para todo lo anterior se necesita voluntad y dinero, un presupuesto digno de este sector, inversión en las zonas rurales en temas de conectividad tanto vial como de comunicaciones que saque al campo del atraso en el que durante décadas se ha mantenido, e iniciar un proceso de formalización que permita equiparar los trabajos del sector agropecuario con cualquier otro, logrando que nuestros productores puedan cotizar salud y pensión, asegurándoles una vejez digna y evitando que los jóvenes se vayan del campo.

Hoy contamos con 292 municipios no covid y 373 municipios de baja afectación, lo que significa que hay 665 municipios de 1122 que debemos proteger y buscar a toda costa mitigar el contagio, y desde ya hacer un llamado al Gobierno Nacional para prever planes de acción que impidan la propagación del virus Covid-19 en nuestras zonas rurales, hoy, quizá, más que en cualquier otro momento de nuestra historia, debemos velar por la protección, promoción y comercialización de nuestro sector agropecuario.