Por: Carlos Meisel Vergara
Cada semana me sorprendo de la capacidad que tienen algunos sectores políticos para golpear, con ideas populistas, a los colombianos que con su trabajo aportan al desarrollo económico del país en medio de la crisis que a todos nos ha tocado vivir por la pandemia.
Iniciativas que pretenden prohibir la exportación de ganado en pie porque supuestamente, se atenta contra los derechos de los animales, desconocen las realidades del sector ganadero, importante para la economía colombiana.
Según Fedegán, son 610 mil familias ganaderas que en promedio tienen 19 reses, que pueden vender entre 4 y 5 terneros al año para vivir de esta actividad.
Pese a las dificultades provocadas por la pandemia, Fedegán reportó que las exportaciones de animales en pie en mayo de 2020 fueron de más de 27 mil cabezas.
Los animales vivos, que incluyen ganado bovino, porcino, y caballos, entre otros, presentaron un aumento de 39.1%, sumando 36.206 toneladas.
Soy defensor a ultranza de la causa de no al maltrato animal, pero condenar y estigmatizar a estas familias por iniciativas populistas, donde la excepción la vuelven en regla; es una irresponsabilidad que va a provocar daños irreversibles en la economía colombiana.
Además, prohibir que estas familias exporten bovinos vulnera los derechos a la libertad, la supervivencia y la dignidad de quienes trabajan honradamente para cubrir sus necesidades básicas, sin mencionar, que son los artífices del poco movimiento económico que tenemos en el país por cuenta de la Covid-19.
Se equivocan quienes quieren pontifican ideas sin argumentos para afectar a familias enteras desde lo que no se conoce; criticar y opinar sobre este importante sector agropecuario, sin medir sus consecuencias.
¡Insisto! respeto y admiro a quienes tienen iniciativas para la protección de los animales, y me uno a las causas en pro del respeto animal, que es el mismo sentimiento de la sociedad y de los agricultores que ven con preocupación cómo ideas populistas que, han destrozado la economía de otros países, pretendan hacer lo mismo con la nuestra.
Dolor de patria da ver como la agenda de algunos sectores políticos del país se alimentan sembrando confusión, caos y miedo para luego elegirse salvadores del país erigiéndose, como adalides de la moral pública y “dueños” de las pequeñas y grandes causas que usan para estigmatizar sectores políticos, económicos y arrasar con la institucionalidad. Una práctica que muestra la agenda totalitarista que quieren imponer.
Quiero dejar claro que las movilizaciones en época de pandemia son un riesgo para la salud de todos, pero buscaré los espacios constitucionales y democráticos para proteger los derechos de los colombianos que todos los días se levantan valientes para contribuir a la recuperación económica del país generando empleo con el objetivo de retornar, lo antes posible, a la senda del progreso y evitar que la pobreza crezca aún más: ¡Defendamos la libertad, dignidad y democracia!