Por: Margarita Restrepo
 
Este domingo estamos llamados a concurrir nuevamente a las urnas para decidir el nombre de la persona que habrá de gobernarnos a partir del próximo 7 de agosto, cuando culmine el terrible y corrupto periodo de Juan Manuel Santos, un hombre que llegó a la presidencia enarbolando el discurso de la Seguridad Democrática y terminó gobernando de la mano de los criminales de las Farc, a quienes les otorgó garantías y prebendas impensables e inaceptables en una democracia.
 
Sabemos que sí es posible una Colombia capaz de encaminarse por la senda del progreso, de la seguridad y de la confianza. Iván Duque ha planteado en su campaña muchas propuestas que resultan atractivas. En mi criterio, hay una de ellas que es fundamental y necesaria para el momento que vive nuestro país: el de la legalidad.
 
De nada sirve que los congresistas aprobemos leyes trascendentales si no hay un Estado capaz de aplicarlas y de hacerlas cumplir.
 
Santos entronizó el régimen del atajo, del todo se vale. El suyo fue un gobierno que le rindió homenaje a la norma de Maquiavelo que exalta al fin como elemento justificatorio de los medios.
 
La legalidad debe imperar en nuestra Patria. La aplicación firme, directa y sin distingos de las normas legales, hacen que las sociedades sean igualitarias y en consecuencia éstas puedan progresar.
 
Sin prebendas ni exenciones para nadie. Al decir de nuestros mayores, “el que la hace, la paga”. Así funciona en las democracias sólidas del planeta y así debe operar en nuestro territorio.
 
Votemos por Iván Duque porque su programa de gobierno es el que necesita nuestro país. Él ha resultado ser un candidato excepcional, un hombre de grandes calidades intelectuales y humanas. Se ha sabido ganar el aprecio de la ciudadanía. Ha demostrado con sus obras, ser un dirigente riguroso, responsable, disciplinado y trabajador.
 
Durante esta larga campaña política, ha dado suficientes muestras de lealtad y apego al cuerpo de doctrina fundamental del Centro Democrático, lo que nos demuestra que su gobierno será guiado por nuestros principios ideológicos.
 
El futuro presidente Duque, tendrá una bancada en el congreso sólida y dispuesta a sacar adelante las iniciativas que se necesitan para rescatar al país de la debacle y el desorden en que lo sumió Juan Manuel Santos. En cuestión de pocos meses, se harán los ajustes necesarios al acuerdo con las Farc, pero sobre todo se implementará un paquete de medidas para reactivar la economía, partiendo de la generación de confianza en el mundo de los inversionistas, tanto locales como extranjeros.
 
Con Iván Duque al frente de nuestro país, no habrá espacio para la zozobra ni la incertidumbre. Los colombianos tendremos la certeza de estar gobernados por una persona respetuosa del Estado de derecho, de la Constitución, de la libre empresa y de la propiedad privada.
 
La elección de nuestro candidato el próximo domingo, será una decisión acertada y necesaria para Colombia, porque Iván Duque es, sin duda, el presidente que el país necesita en estos momentos de incertidumbre, polarización, fricciones y crisis.