Bogotá, 21 de agosto de 2018 (CD). Texto de la intervención del expresidente y senador, Álvaro Uribe Vélez, durante la sesión plenaria:
“En el año 2012 se anunció que se prohibía la fumigación, que la erradicación sería voluntaria, que en el caso de las Farc el delito sería un delito conexo con el delito político de rebelión, que no habría extradición y que además habría elegibilidad política.
En ese año se había llegado a la cifra más baja en cultivos: 42 mil – 49 mil hectáreas y ese año empezó la tendencia de reversa que ha llevado a las cifras que se conocen ahora.
En el año 2010, el narcotráfico había perdido importancia como peso específico en el PIB, ahora nuevamente representa el 3.8 por ciento, pero también en ese año, 2012, abandonaron programas sociales de gran importancia, cultivos sustitutos, las Familias Guardabosques, etcétera.
Se ha hablado mucho esta noche aquí  del consumo; los estudios muestran que hay muchas causas, por la brevedad del tiempo les pido a los senadores mirar que entre las causas para el aumento del consumo está la facilidad del acceso. Esto está detectado en los estudios en Colombia.
Otras, los mensajes ambiguos y la relación de mutua dependencia entre la criminalidad y el consumo. Son muchas las causas, pero esas están incluidas en ese listado.
Ya dijo aquí el senador Richard Aguilar que el narcomenudeo representaba 6 billones al año; Colombia tiene 610 unidades de narcomenudeo, cuestan 90 mil 890 millones al año. Mire el costo de ese negocio criminal.
En el estudio sobre las causas de la violencia intrafamiliar aparecen dos fundamentales y primarias: el abandono y el consumo de drogas. Cuando se pregunta a las personas que han consumido drogas por su participación en delitos, el 60 por ciento dice que ha incurrido en un delito bajo el efecto de la droga, el 23,8 dice que para proveerse o para obtener los recursos; es muy importante  tener en cuenta esto: el 66,5 por ciento dice que no lo habría cometido en ausencia de estar bajo el efecto de las drogas.
Un estudio de la Policía Nacional, hace años, demostró  que el 100 por ciento de los sicarios en Colombia habían procedido o procedían bajo el influjo de las drogas o de su combinación con el alcohol. Hay una lucha tremenda en las redes de producción y distribución que han aumentado la criminalidad.
Desde los años 60 está autorizado internacionalmente el uso medicinal de la marihuana – en los tratados internacionales -, pero mire el uso recreativo, científicamente están probando los  efectos de corto y largo plazo, daños físicos en la coordinación motora, en la frecuencia cardiaca, en el desarrollo cerebral, sus alteraciones, problemas respirativos, daños cognitivos, dificultades en el aprendizaje, psicológicos, alteración  del juicio, paranoia, psicosis, estados de ánimo, esquizofrenia.
Los bebés, esto es muy importante, esto lo ha estudiado Colorado, honorables senadores. Se ha comprobado en ese Estado, que fue uno de los pioneros en la legalización, cómo se afecta enormemente a los bebés cuando la madre ha sido adicta o ha estado consumiendo drogas. Triplica la muerte.
El Instituto de Salud Pública de Denver ha concluido que la marihuana en la lactancia aumenta los riesgos de salud del bebé, dificulta el aprendizaje y altera el comportamiento. Y un estudio de allá, de una institución que se llama Prácticas Clínicas, trae los casos de miocarditis, paro y muerte.
En Uruguay, el país vecino que legalizó, se aumentaron los homicidios en un 64,1 por ciento, el 45 por ciento de los casos ligados al narco, han pasado de 4 mil 900 autorizados para comprar a 23 mil.
Estados Unidos, en el año 2006 tenía 2,4 millones consumidores de cocaína. En el 2011, había disminuido a 14 y  ese fue un año de gran disminución de la producción, un periodo de gran disminución de la producción en Colombia.
Termino con esto: la propuesta en la cual nosotros acompañamos al presidente Duque nunca fue criminalizar al consumidor. Prevención y decomiso de la droga. Criminalizar sí al narcotráfico  y al jíbaro.
Gracias señor presidente”.
Fin