Por: Margarita Restrepo
Es hora de pasar la página y comenzar a reescribir la nueva era de la historia de nuestro país. El gobierno de Juan Manuel Santos dejó prácticamente desmantelado al Estado, herida a la democracia y destrozada a nuestra economía.
Esa es la Colombia que ha recibido el presidente Iván Duque, quien empezó a gobernar con paso firme, rodeado de un estupendo equipo y respaldado por un gabinete de las más altas calidades.
Sin excepción alguna, los ministros del nuevo gobierno son personas expertas en las distintas áreas de la administración. Harán una gestión de lujo, empezando porque liderarán una agenda legislativa necesaria para recuperar el rumbo de nuestra nación.
El presidente Duque cuenta con el respaldo irrestricto del Centro Democrático y de las bancadas de otros partidos que comparten su programa de gobierno. Al margen de las diferencias políticas propias de las coyunturas, es deber de todos respaldar al nuevo gobierno y ayudar a poner en marcha las reformas que necesitamos para que nuestro país empiece a marchar al ritmo que se requiere.
Estamos preparados para hacerle frente a la oposición descabellada, irreflexiva e irresponsable que lidera Gustavo Petro y que es respaldada por los sectores más retardatarios y peligrosos de nuestra sociedad, empezando por la banda criminal Farc, convertida en partido político en el gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
Sobre Santos, hay que decir que es necesario investigar a fondo todos y cada uno de los delitos que se cometieron durante los 8 años en los que él ocupó la primera magistratura. En días pasados, supimos que el Consejo Nacional Electoral decretó la caducidad en la investigación que adelantaba contra el ahora expresidente Santos, por haberle recibido dinero a Odebrecht, pero compulsó copias para que la Cámara de Representantes, juez natural, avoque la investigación.
Debemos cumplir con nuestro deber, conocer los pormenores de ese maridaje que hubo entre Santos y Odebrecht y proceder en consecuencia. Flaco servicio le prestamos a la democracia y a la sociedad en general, si los congresistas no nos ponemos a la altura de las circunstancias.
Acaba el peor gobierno de la historia y en el mismo instante empieza uno en el que millones de colombianos tenemos afincadas nuestras esperanzas e ilusiones.
Acompañé la candidatura del presidente Duque desde el primer momento y aquello me permite asegurar, sin temor a equivocarme, que tenemos a un gobernante que conoce a fondo los problemas del país y que tiene en sus manos las herramientas para solucionarlos. El de nuevo será un gobierno que pasará a la historia, pues al frente del mismo estará un hombre de gran capacidad y con convicciones profundas.
Después del deprimente desgobierno de Juan Manuel Santos, Colombia puede tener la tranquilidad de que con Iván Duque ha vuelto a tener un presidente digno, capaz, inteligente, honesto y, sobre todo, trabajador.
(Fin)