Por: Margarita Restrepo
En el marco de la “Ley de Víctimas” se estableció el 9 de abril como el día de las víctimas en Colombia. Precisamente en la fecha en la que se conmemora el aniversario del asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán, los colombianos le dedicamos homenaje a todos los compatriotas que han sufrido los rigores de la violencia.
Las víctimas no pueden seleccionarse arbitrariamente, ni honrarse con criterios ideológicos. Digo esto porque la izquierda ha pretendido utilizar al día de las víctimas para hacer política con éstas, valiéndose de su dolor para ganar réditos a costa de su tragedia.
Duele que nuestro país haya creado dos universos de víctimas. A unas, a las supuestas víctimas del Estado y del denominado paramilitarismo, se les otorga toda suerte de garantías, mientras a los millones de personas que sufrieron los rigores del terrorismo de las estructuras guerrilleras, se les ha dado un trato deplorable.
Todas las víctimas merecen un trato similar. Sobre todo las de las Farc, habida cuenta de que esa organización guerrillera no ha dado muestras de querer reparar a sus víctimas y mucho menos pedirles perdón por el daño causado.
En el día de las víctimas, pienso especialmente en los miles de niños que las Farc reclutaron a la fuerza y que jamás desincorporaron. Desde que empezó el proceso de La Habana, comencé a reclamar la devolución inmediata y total de los menores de edad. Nadie me quiso oír. Las Farc, el gobierno y los países garantes, desoyeron las voces de quienes buscamos la libertad de esos niños esclavizados.
Es la hora en que nadie sabe qué sucedió con ellos. Se trata de miles de niñas que fueron utilizadas como esclavas sexuales. De niños a los que violaron y entrenaron, contra su voluntad, para convertirlos en verdaderos criminales.
Queremos saber cuál fue su suerte. Le rogamos a Dios que no sean ciertas las denuncias que dan cuenta de una desaparición sistemática y masiva de esos menores.
En los próximos días, citaré un debate en la comisión de derechos humanos, en el que solicitaré que el gobierno, a través del alto comisionado para la paz nos diga exactamente qué pasó con los más de 3 mil niños que las Farc reclutaron a la fuerza. El gobierno de Santos deberá explicarle al país, cuántos niños fueron desvinculados, qué ha pasado con ellos y qué sucedió con los demás.
Como defensora de los derechos de los niños de Colombia, celebro el día de las víctimas, pero todas las víctimas. Rechazo, así mismo, a esos sectores radicales que han utilizado el dolor de las personas para sacar provecho electoral, tal y como han venido haciendo los partidos de la izquierda colombiana.