Es irresponsable que Gustavo Petro pretenda un tránsito de producción de energías en reemplazo de combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo; por fuentes renovables como la energía solar y eólica. Lo anterior sin tener en cuenta tiempos, desafíos, modelos de financiación, proyecciones, nuevas formas de hacer negocios; entre otros. No obstante, somos conscientes de que es una realidad que debe hacerse de manera responsable, en beneficio del medioambiente.
Es igualmente una irresponsabilidad del presidente, atreverse a amenazar en plaza pública, con la democratización de la energía, dejando en el ambiente la expropiación de las empresas generadoras, o la prestación del servicio de WI-FI por las juntas de acción comunal.
Inconcebible es hoy, el tránsito de la ilegalidad extendida en cuestión de drogas, a la legalidad integral de las mismas, como aspira el presidente. Lo anterior, impacta el medio ambiente, la seguridad y la salud pública de los todos colombianos.
La advertencia hecha por el Gobierno Nacional, en cuanto a la reducción en erradicación de la hoja de coca, pasando de 50.000 a 20.000 hectáreas hoy, es una realidad, puesto que llegó el “cambio”, pero de la legalidad a la ilegalidad. Según el informe del Observatorio de Derechos Humanos y Defensa Nacional, las cero hectáreas erradicadas el pasado mes de enero, además de promover muerte y violencia; contribuyen a la deforestación, erosión de suelos, agotamiento de nutrientes, sedimentación de cuencas y extinción de especies enteras de flora y fauna.
Entonces, ¿este es el “pacto histórico” que hará de Colombia la “potencia mundial de la vida”?
Como Senadora de la Comisión V, estoy segura de que la erradicación de cero hectáreas elimina ese “contrato social” al que alude el Petrismo y en cambio, acentúa el avance de cultivos ilícitos, causando mayor desplazamiento de cultivadores a zonas de vocación forestal o protegidas, lo cual se traduce en destrucción de ecosistemas mediante la tala y quema de bosques, todo con el fin de tener las tierras listas para cultivar más coca.
Es decir, el “contrato social” resulta ser un PETROCESO para frenar la colonización del cultivo de coca, causa principal de destrucción de selvas en Colombia, ocasionando una erosión irreversible al generar una gran pérdida de fuentes de agua, sin contar otros desastres de carácter familiar.
Ahora el haber disminuido los recursos de combustible a las fuerzas armadas, conlleva a una reducción en los patrullajes. ¡Presidente! Si otra muestra de su amor y compromiso por Colombia es continuar gobernando bajo esa lógica y supuestos, me atrevo a decir que el cambio prometido por usted es el camino a un NARCOESTADO.